Herradura de latón: Irene Berkel
[Alerta spoilers: el texto puede desvelar detalles argumentales de libros anteriores].
Irene Berkel es la hermana pequeña de Alexander, una benjamina que actuaba como si fuera la primogénita hasta que se extravió en sí misma. Tiene una mente dotada para la tecnología, un ímpetu emprendedor y un deseo innato de proteger a su hermano. Pero también arrastra una faceta peliaguda: su adicción a las drogas de diseño. A lo largo de los tres volúmenes previos hemos visto cómo Irene pasaba de acompañar a Alexander en todas sus aventuras a distanciarse de él, relacionándose con sus enemigos incluso, y provocar sin querer el «fenómeno» de Ciudad Fortuna.
En Herradura de latón, dos años y medio después de Destellos de oscuridad, Irene aún padece los efectos de aquello que ella provocó. Internada en un hospital, acusada de los daños personales y materiales que ocasionó el «fenómeno» y en un estado próximo a la catatonía, su mente se encuentra perdida en universos irreales y falaces. Sin embargo, por muy confortable que pueda resultar ampararse en una falsedad, tarde o temprano Irene tendrá que enfrentarse a los graves errores que ha cometido y al remordimiento y la culpabilidad que ello conllevará. Aunque sin duda se resistirá.
Hace tiempo que Irene añora muchas compañías, como la que le hacía el correteo de su querido hámster Sam, cuya pérdida todavía le duele en lo más hondo.